Un día como hoy, hace 7 años, me casé con el papá de Ella.
Habíamos sido amigos por años, novios por unos meses. Cuando nos casamos no
éramos tan chamos, ambos nos habíamos graduado de la universidad e incluso él
ya estaba terminando un posgrado. Siempre he sido clara contigo y te he hecho
saber que no soy un pan. Él, por otra parte, también tiene su lado oscuro. Nuestro
matrimonio ha sufrido sacudones a lo largo de los años, como todos. La
situación de Ella se ha convertido en una gran prueba de fuego, pero ese fuego
nos ha fusionado.
Como también te he dicho en otras ocasiones, los padres
especiales no somos sólo eso. Nosotros, como todos los esposos tenemos
diferencias por cosas típicas, y nos enfrentamos a los retos cotidianos de toda
pareja venezolana. Si nos ponemos a pensar, la convivencia no es fácil, y mucho
menos con alguien de otra familia, otra cultura y otra manera de ver la vida.
Mi esposo, por ejemplo, es hijo de extranjeros, y aunque Colombia no queda en
otro continente, te juro que a veces me dice cosas que yo no entiendo en
absoluto. Con el tiempo he aprendido los códigos, pero no siempre es fácil.
El hecho es que con el pasar de los años he entendido que el
amor no es un sentimiento. ¿Sabías? Amar a tu cónyuge es una decisión
cotidiana. El enamoramiento es una etapa que pasa, de allí vamos a lo que Gary
Champan llama amor maduro. Ese amor va más allá del cosquilleo, o de lo lindo
que se ve tu príncipe al tocar un instrumento musical. En esa perspectiva
quiero darte tres razones (claro que hay muchas más) por las que amo a mi
esposo:
- Tiene un corazón sencillo. Mi esposo no es un hombre pretencioso o jactancioso. Detrás de lo que muchos malinterpretan como timidez, hay alguien que no desea impresionar, aparentar o llamar la atención. Él es quien es, sin disfraz. No diré que jamás, pero realmente no recuerdo haberle escuchado mentir para hacer creer que es o tiene algo que no. En su sencillez hay una alta capacidad para aprender (siempre), porque tiene un espíritu inquisitivo y una soberbia en mínimos niveles. Es excelente oyente, aunque no tiene muy buena memoria. Es genuino y sincero. Algunas personas insisten en hacerle creer poco atractivo, pero esta cualidad ha hecho de mi esposo el hombre más bello que existe en la tierra; por lo menos para mí es así. Su sencillez le hace brillar en donde esté.
- Ama a nuestros hijos con locura. No sólo lo demuestra saliendo a diario a ganarse el pan. Mi esposo se toma tiempo con cada uno de los niños para cargarlos, jugar con ellos, y entregarse. Él sabe alimentarlos, les ha cambiado pañales, los baña, y los conoce. En el caso de Ella, es él quien la atiende cada noche religiosamente: baño, medicina, cena. Él se ha tomado la tarea de buena gana. Le encanta atenderlos, y esa atención es amor. Una mujer que ve que su esposo ama a sus hijos, no puede desestimar tal regalo. En una sociedad de hombres infantiles, mi esposo se ha unido a aquellos que se hacen responsables porque entiende que el aporte económico no es necesariamente sinónimo de crianza.
- Me ama a pesar de mi. Ya te he dicho que soy voluntariosa, exigente y perfeccionista. Mi esposo por su parte tiene un temperamento flemático, lo que lo hace propenso a estar relajado y tomarse las cosas con calma. A diario lucho con mi ego para ser la esposa de espíritu afable que enseña el Apóstol Pedro en una de sus cartas. Pero aún cuando no lo logro, él me sigue amando. Él se la cala, me aguanta, me deja llorar en su hombro, me ayuda a levantarme, me hace contar hasta 10 (o hasta 100) en medio de la ofuscación, me perdona, me abre los ojos a verdades espirituales, me motiva. Este blog es muestra de ello. Mi esposo sabe quién soy, y aquí está. Ya han pasado muchas lunas desde que nos casamos y no tengo duda que pasarán muchas más, hasta que el Señor así lo disponga.
Así que, no quería dejar pasar
esta oportunidad para homenajear a mi esposo. El hombre que me robó el corazón,
el compañero perfecto para este camino. Estoy inmensamente agradecida a Dios por su vida. Él es muestra de la bondad Providencial para mí. Ha sido él el
instrumento para hallar papelón a mi vida limonada.
R: Te amo, y cada día más estoy
convencida de que eres el hombre perfecto para mi.