viernes, 13 de noviembre de 2015

Churupos Decembrinos




Hoy no sólo hablaré de paternidad especial. La situación actual me obliga a establecer una postura acerca de los días por venir. Cualquiera que sea tu tendencia política, no puedes negarme que estamos atravesando un momento difícil como  país. Pero hay algo que sucederá en los próximos días que puede traernos un papeloncito a tanto limón que experimentamos a diario. Hablo del pago de las utilidades. Todo aquel que trabaja las recibe por estos días, pero estos tiempos requieren de nosotros mayor consciencia, mayor sesudez, pensar más en frío y entender que por mucho apego que tengamos a las tradiciones, necesitamos concentrarnos en lo importante. Eso importante no lo pueden establecer los comerciales de televisión. Debes establecerlo tú. Por eso quiero darte algunos tips para manejarte por estos días.

  1. Agradece lo que tienes. A no ser que seas bachaquero o un muy alto funcionario del gobierno, es bastante seguro que lo que recibas no sea eso que quieres para todo lo que implica celebrar las acostumbradas navidades. Pero debes agradecer a Dios por ese ingreso. Ahorita mucha gente está pasando las de Caín, y no exagero cuando digo “mucha”. ¿Recuerdas cuando te conté cómo el agradecimiento cambia tu perspectiva de las cosas? Dale gracias a Dios por tu dinero, y recuerda que la prosperidad no está sólo en tenerlo. Mira al espejo, y dale gracias a Dios que puedes salir a trabajar. Mira a tu alrededor y agradece el amor de tu familia, la amistad, la compañía de otros. No todos tienen ese don. Agradece por tu hijo especial. Hay algunos que no pueden tener hijos. Hace años mi pastora me enseñó que el único lugar en donde no crece la semilla del desaliento es en un corazón agradecido.                                           
  2. No seas usurero. En estos días, todos venden algo. Aunque todo ha subido de precio considerablemente, yo te aconsejo de todo corazón que no abuses de la necesidad de otros. No te imaginas cómo eso trae maldición a tu vida. Las ganancias deshonestas no sólo provienen de un bien robado, sino del chanchullo, de trampear, de alterar las medidas para ganar más tú y embromar al otro. Te puedo asegurar que sólo estás sembrando para cosechar tú una trampa más grande. En algún momento tragarás la hiel que le causas a otro por tu viveza criolla. No lo hagas. Ni siquiera te justifiques en que todos los demás lo hacen. ¡Y no me hagas hablar del bachaqueo! Puedo decir al respecto un millón de cosas, pero sólo diré una: más que delito, es un pecado.                                                                                                                                        
  3. Usa tu dinero sabiamente. No te diré que no lo gastes. Hoy día el ahorro consciente no es meter el dinero en una cuenta y no tocarlo, porque éste pierde valor con el tiempo. Tampoco te diré en qué o no gastarlo. Pero sí puedo decirte algo: hay cosas más importantes que las cosas. Nadie se ha muerto por no pintar su casa un diciembre. Ningún niño pierde valor o salud por no usar un estreno en una fecha emblemáticamente tradicional para ello. En estos tiempos en los que hay que priorizar las necesidades y prescindir de ciertas cosas, elige lo mejor para ti y tu familia. Y elígelo tú. Comida y medicina no son opcionales. Te recuerdo que los laboratorios cierran operaciones en unos pocos días y toca surtirse de medicamentos esenciales y asegurar dosis hasta febrero. Lo más importante es que estén juntos como familia, que tengan salud, que haya paz.                                                                                                                                                                    
  4. Comparte con otros lo que tienes. Es una trampa diabólica esa nueva actitud de “no tengo para dar”. Y digo nueva, porque nosotros los venezolanos no somos pichirres. Eso no está en nuestra naturaleza. Siempre hay algo para dar: ropa, juguetes, libros. Si están en buenas condiciones y puedes dárselo a alguien que verdaderamente necesita, no dudes en hacerlo. El apóstol Pablo citando a Jesús dice: “Más bienaventurado es dar que recibir”. Si no tienes recursos materiales como esos que te mencioné, puedes dar tu tiempo, tu compañía, tu colaboración. Siempre habrá bendición para quien da. No te dejes arropar por esa ola de mezquindad. Dar trae bendición a tus finanzas y a tu vida en general.



Podría darte unos tres consejos más, pero lo dejaré hasta aquí por hoy. Por último, te diré que no te dejes llevar por la corriente. No celebres “como sea”, no te endeudes sin necesidad. Nos enfrascamos en decir que la navidad es supuestamente para celebrar el nacimiento del Niño Jesús y por ello es de los niños, y somos los adultos quienes hemos construido estructuras absurdas que nos dilapidan el presupuesto y no producen sino angustia. Como estudiante de la Biblia desde mi niñez te digo algo con toda propiedad: Jesús ni es un niño, ni nació en diciembre. Ninguna de esas cosas que nos hemos inventado con el tiempo son vitales. Recuerda lo importante: la familia, la salud, la paz.

En medio de la locura social en la que estamos inmersos, no dejes nunca de hacer tu guarapo de papelón con limón. Recuerda que estamos juntos en esto.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario