viernes, 23 de octubre de 2015

Ahoritidad



Ahorita: ya, de inmediato.

Cuando comencé a transitar esta senda, tuve una conversación orientadora con una de las maestras de mi vida: mi pastora. Ella llegó a mi vida cuando sólo comenzaba mi adolescencia y se convirtió en un modelo para mí. Lo que menos imaginaba yo es que seríamos parte del mismo gremio, el de los padres especiales. Madre de un joven con Síndrome de Down, mi pastora ha sido una mujer dedicada a darle todas las posibilidades a su hijo, quien hoy tiene un empleo, es un joven con hábitos y una de las personas más amorosas que yo conozco. De todas las cosas que hablamos en esa ocasión, una de las que más atesoro es el principio que yo he llamado “ahoritidad”. Es decir, hacer lo que toca ahorita, sin angustiarse por el futuro.

Léeme bien. No estoy diciendo que no te proyectes, o hagas planes; estoy diciéndote que te concentres en el hoy SIN ANGUSTIARTE por el mañana. La incertidumbre es parte de la venezolanidad, eso ya lo sabemos. Agregar estrés a las preocupaciones cotidianas, le quita efectividad a tu trabajo del presente. Así que, mientras llegas a ese puente, enfócate en cruzar este que te sigue. Vivir un día a la vez no es andar al garete, o aplicar el “como vaya viniendo vamos viendo” de manera indiscriminada. Tener metas con tu hijo especial está bien. De hecho, debe haber metas para todos los hijos, y para todas las áreas de la vida; pero el trayecto es importante.

La razón principal para hacerlo es que nadie tiene pleno conocimiento del futuro. Eso también lo sabemos muy bien los venezolanos. Teniendo eso en cuenta quiero que pienses en los pronósticos que te dieron acerca de tu hijo. ¿Los recuerdas? Estoy casi segura que en mucho se equivocaron los especialistas que te los dieron. ¿Sabes por qué? Porque tal como me lo enseñó la neurólogo de Ella, es muy difícil hacer pronóstico con un niño. Y la verdad es que es muy difícil hacer pronósticos con la vida. ¿Qué sabe uno cómo terminarán siendo las cosas? No hay profeta, adivino, brujo, agorero u horóscopo que te pueda decir qué va a pasar en cada cosa de tu vida, y en eso podemos citar a Pedro Navaja: la vida te da sorpresas.  


La ansiedad del futuro nos puede robar incluso la posibilidad de vivirlo. ¿Sabías que el estrés te hace inmunológicamente vulnerable a enfermedades? Estoy solo hablando de los efectos fisiológicos. ¿Qué me dices de tu salud mental? Entonces, quizá te preguntas cómo hago yo. Pues, es tan arduo como espantar moscas. Con bastante frecuencia al campo de la batalla de mi mente vienen cantidad de corsarios armados, tratando de robarme la paz. He decidido que no me vencerán, no me robarán la alegría del ahora, y no me quitarán el disfrute de lo alcanzado, tal como te lo conté en puntos de recarga. Lo que te estoy diciendo, no te lo digo desde un pedestal de santo. Es un consejo que busco aplicar contra viento y marea cotidianos.


Estamos en una especie de escalera. No la vamos subiendo tan rápido como otros padres. A veces nos quedamos en el mismo escalón por largo tiempo. Otras, tenemos la impresión de que bajamos varios, cuando creíamos haber avanzado. Pero esto no es una carrera de velocidad. Sigue esforzándote, pero sin zozobra. Y recuerda mi recomendación de siempre, usa mi ingrediente secreto en tu guarapo. No hay manera de saber cómo estarán las cosas en un año, o en cinco. Pero antes de desesperanzarte al pensar qué vas a hacer cuando estés en el escalón 432, dirige tu energía para pasar al 19.  Vive un día a la vez, da un paso a la vez.

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