viernes, 22 de enero de 2016

Año ¿nuevo?

Quiero empezar disculpándome contigo. He estado sin internet y se me ha hacho cuesta arriba subir mis publicaciones. Ahora sí, ¡Feliz Año! Espero que lo hayas recibido cheverísmo. Yo, por mi parte, la pasé muy bien, gracias a Dios, en mi casita con los míos. Aunque no soy proclive a celebrar nada, excepto cumpleaños y aniversarios, cada 31 de diciembre me gusta agradecer a Dios con lujo de detalles las cosas del año que termina, y proyectarme al que empieza con esperanzas de algo mejor.

Así que estuve pensando acerca de la expresión: “Feliz año nuevo”. Es verdad, el año es nuevo, pero el 1 de enero a las 12:05 m soy la misma persona que era el 31 de diciembre a las 11:55 pm. ¿Qué hace nuevo un año? ¿Qué garantiza que haya cosas nuevas? En tan pocos días del año ya hay una nueva Asamblea Nacional, y mientras escribo están creando nuevos ministerios, como el Ministerio del Poder Popular para los Sobres Manila, además, un famoso alimento infantil que compraba en 300 Bs hace unos días, ahora cuesta 800 Bs. Pero no estoy hablando de esas “novedades”. La verdad es que no habrá cosas significativamente nuevas en mi vida a no ser que yo me renueve.

Renovarse implica dejar lo viejo. También implica abrir la mente a lo fresco, a lo que no se ha usado, a lo que es diferente. Estoy convencida que a medida que nos hacemos mayores, nos apegamos más a nuestras visiones y maneras de hacer las cosas. Ella, por ejemplo, es una niña con una rutina bastante predecible, y nuestra vida generalmente gira en función a esto. Sin embrago, desde hace unos días, nos ha hecho saber de diferentes maneras que las cosas deben cambiar, porque el cansancio de la rutina sólo hace que tengamos una vida insípida y aburrida. También nos ha hecho dar cuenta que hay necesidades específicas que no deben seguir ignorándose.

Por eso es que te digo que los hijos especiales no son cruces que el destino nos obliga a llevar. Quien dice eso no tiene un hijo especial, y si lo tiene, no ha entendido de qué se trata este tipo de paternidad. Aunque mi hija no ha dado enormes pasos de un tiempo a esta parte, puedo decirte con toda certeza que las cosas nuevas que se aprecian no son siempre los “logros” que los demás esperan. A veces el logro no es de Ella, es mío, pero fue ella quien lo generó, así que igual es Ella quien se lleva el crédito. No todos se dan cuenta, pero eso no importa.

Este año no será nuevo por los factores externos. Será nuevo porque decidamos ser nuevos nosotros. Para que este año sea nuevo, debemos emprender nuevos retos, asumir nuevas actitudes, hacer nuevos amigos, restaurar relaciones rotas, reorganizar nuestras prioridades, reanimar nuestras áreas moribundas, desempolvar sueños guardados, sustituir hábitos dañinos por saludables. Y todo eso ocurre primero en nuestro interior. Allí está el centro de la mitad del medio.


Hacer papelón con limón requiere renovar el corazón. No hay manera de hacer un buen guarapo de estos con un papelón chimbo y viejo. De manera que si quieres que este año de verdad sea nuevo, a desechar lo viejo e inservible. ¡Feliz año 2016!


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