viernes, 11 de noviembre de 2016

Sin Subestimar



En esta ocasión quiero compartirles algo que escribió Amy Delgado para The Mighty . Creo que no puedo dejar seguir pasando los días sin que mis colegas de camino lean esto.  Ella nos da tres razones por la que nunca debemos desestimar  a nuestro hijo con necesidades especiales:

Mi hija, Lily, recientemente salió del programa estatal de intervención temprana. Como resultado, ahora está en el preescolar de nuestra escuela primaria local, en la que tembién recibe terapia ocupacional y fisioterapia como parte de su día. El proceso inicial para calificarla para la terapia y establecer el programa de educación inicial fue sobrecogedor y confuso. Sin embargo, una vez que pasamos esa barrera, las cosas fluyeron con bastante suavidad. Hasta ahora.

En general, Lily hizo muy bien su transición a la nueva escuela. Parece estar feliz y está haciendo nuevos amigos. Los maestros son agradables, el currículo es excelente. La comunicación con la maestra principal y la enfermera han sido mejor de lo que esperábamos.

¿Entonces por qué estoy preocupada?

Cuando la fui a buscar en estos días, la maestra de guardia me dijo que ella hace que los niños la pasen muy bien, porque ayudan a limpiar el salón. Ella le da las toallas y los niños limpian las sillas y las mesas. Al principio pensé: ¡Eso está muy bien, le están enseñando responsabilidades a los niños al ayudar con los deberes!

Pero entonces me dijo que no le decía a Lily que limpiara porque eso de agacharse iba a ser muy difícil para ella.

Estaba en shock. ¿Cómo podía creer eso? Lily usa su andadera para correr, saltar y agacharse, puede gatear como el viento, y no tiene problemas para pasar de rodillas a ponerse de pie y al contrario.  ¿Cómo que limpiar una mesa es muy difícil para ella?.

Después de respirar profundo , tomé la oportunidad para amable y pacientemente asegurarle que esas actividades están dentro del rango de las capacidades de Lily. También le solicité en el futuro involucrar a Lily en las actividades que impliquen este tipo de tareas.

Nuestra visión para Lily incluye que ella sea capaz de hacer todo lo que los otros niños hacen. La manera como completa la labor puede verse distinta debido a las adaptaciones, pero la expectativa es más importante.


¿Por qué esto es tan importante para mi?



  1. La  ayuda  a construir su confianza. Los niños construyen su confianza cuando completan exitosamente algo a través del esfuerzo. Cuando alguien ve a niño con aparatos o andadero y asume automáticamente que es incompetente por su discapacidad, le está robando la oportunidad de construir su confianza.                                                                                            
  2. La ayuda a construir independencia. El rol principal de padres y maestros es enseñarle las herramientas que necesita para ser independiente. A veces los adultos piensan que le hacen un favor a un niño con discapacidad al hacerle cosas que ellos pueden hacer por sí mismos. En sus mentes, están siendo cortés. Pero el mensaje oculto para el niño es que necesita del adulto y no puede hacer eso por sí mismo. Creo que un mejor enfoque es enseñarle al niño cómo adaptar actividades de manera que las puedan alcanzar independientemente. Por ejemplo, Lily puede usar la cesta de su andadera para llevar basura de su mesa a la papelera. Si se espera que otros niños desechen su basura, debe esperarse lo mismo para ella.                                                         
  3. Evita alentar un sentido de privilegio. Cuando un niño tiene una discapacidad, puede haber una delgada línea entre proveer el trato adecuado al niño de acuerdo a su discapacidad, y enseñarle al niño que tienen inmunidad de responsabilidades por su condición. Mi meta es evitar lo último, buscando que Lily siempre haga por sí misma todo lo que puede hacer. Honestamente es mucho más fácil  hacerle las cosas, y muchas veces me encuentro a mi misma por esa vía fácil. Sin embargo, cuando le doy la oportunidad, constantemente me sorprende con todo lo que puede hacer.
El artículo original está aquí

viernes, 4 de noviembre de 2016

Fe Extraviada



Una de las cosas más humanas que existe es la necesidad de creer en alguien o algo. Es así. El ateo puede no creer en Dios, pero cree en ciertos preceptos. Los que sí creemos en Dios también tenemos nuestras convicciones. Sin embargo, la tendencia humana es también condicionar nuestra fe a lo que experimentamos en la vida concreta. Nuestra vida concreta, imperfecta, incompleta, insatisfactoria, limitada, rutinaria…¿verdad? Esa sensación de desilusión que nos arropa de vez en cuando, o en algunos casos es la norma de pensamiento, puede ser el ladrón de una fe que nos permitiría asumir la vida con más drive, más empuje, más ganas y más optimismo.


En estos momentos llevo conmigo muchas cargas emocionales. Sí, Jesús me ayuda a llevar esas cargas, pero están allí. Estoy segura que tú también tienes las tuyas: una deuda que se ve impagable, un medicamento que no consigues, una nevera en modo piscina, desempleo, distanciamiento de tu cónyuge, la muerte de un familiar, un amigo chavista inconvertible, y paremos de contar. Todas esas cosas son los potenciales asesinos de la fe. No te hablo de la fe cristiana, como tal, sino la fe en el sentido más genérico. Si tu fe se tambalea, es hora de que la fortalezcas.



Los venezolanos hemos extraviado la fe. La tenemos, por no sabemos dónde la pusimos. Y sí, tienes razón, hay cosas y personas en quienes no vale la pena creer, pero hay otras en las que sí. Mi hija, Ella, por ejemplo, ha avanzado en parte, porque ella sabe que confiamos en ella. Hemos respetado su proceso, hemos sido pacientes, pero siempre hemos creído que ella es capaz de mucho. No es una fe esotérica, es la confianza de que logrará avanzar y superar sus muchas limitaciones. Y es que creo que es más provechoso creer que no creer, y como dice el gran Marcos Vidal, también es mucho más fácil; porque la incredulidad requiere energía y disminuye tus fuerzas.


¡Necesitamos creer! Necesitamos creer que las cosas van a estar mejor, que nuestros hijos especiales (y los típicos también) avanzarán, que esta aflicción es momentánea, que el sol volverá a aparecer. ¿Qué si decides no hacerlo? Pues, bien. Nada. Sigue viviendo tu vida imperfecta, incompleta, insatisfactoria, limitada, rutinaria y no esperes mucho de ella, porque has decidido creer que es y será así.





De modo que esto de la fe requiere una decisión muy personal. Tener fe aumentará tus niveles de energía, te inyectará un ánimo ante la adversidad y te permitirá resistir el embate de la realidad abrumadora. Esa es mi porción de papelón para ti esta semana. Yo, que tengo mi IngredienteSecreto, he decidido poner mi fe en Él. Nadie que pone su mano en el arado, se vuelve, dijo en una oportunidad, eso es una versión neotestamentaria de: “El que se cansa pierde”. No nos cansemos de creer, y no supeditemos nuestra de a las circunstancias. ¡Cree!