miércoles, 23 de marzo de 2022

Sí, sí eres el guarda de tu hermano


Tengo muchos días pensando acerca de los escándalos que rodean nuestras iglesias cristianas. Más allá de analizar cada caso, el Espíritu Santo me ha movido a verme a mí y la forma como reacciono ante ello. Despúes de todo, cuando uno ya tiene más de treinta años en esto que llaman evangelicalismo, la tendendcia es insensibilizarse, más cuando se sostiene una batalla constante contra el fariseísmo (no me da pena reconocerlo así).

Debo decir que me enluta ver a mis hermanos caer. El divorcio de Guillermo Maldonado, las acusaciones hacia Ravi Zacharias, y otros escándalos locales, sin mencionar cosas que aún no han causado ruido, me causan pesar. Mientras escribo se empieza a hacer viral la noticia de la renuncia de Brian Houston al pastorado de Hillsong. Sí, al parecer algunos líderes están feos para la foto. Pero lo que más me entristece es nuesta actitud hacia el que cae.

¿Por qué actuamos como turba enardecida hacia nuestro propio hermano? ¿Por qué nos hacemos partícipes de discusiones y conversaciones que solo malponen el Nombre del Señor y Su Evangelio? ¿Cómo somos tan ligeros en decir/escribir cualquier cosa sin conocer a profundidad los hechos? No dejan de venirme a la mente las palabras con las que el Señor Jesús siempre confrontaba a los sabios: "¿Acaso no habéis leído...?". 

Ciertamente hay conductas objetables, y no podemos negar que en ocasiones ha existido una especie de alcahuatería en la que se busca proteger el buen nombre de alguien en eminencia, solo porque lo está. Lo sé, y yo misma llegué a ser víctima de esas protecciones. Pero te voy a decir algo, a riesgo de sonar hereje: No es cierto que la gracia te salvará de dar cuenta de tus acciones. Pablo muy claramente nos enseña que TODOS compareceremos ante el tribunal de Cristo.

Cuando Noé en su ebriedad se quedó desnudo, Cam usó la vulnerabilidad de su padre para divertirse, mientras sus dos hermanos igual le honraron. Nosotros podemos hacer lo mismo: "Ah, ya decía yo que tal pastor se veía tal cosa". Cuidado. Y léeme bien. No estoy hablando de tocar el manto del ungido, no estoy hablando de callar simplemente porque es un líder. Esto aplica a todos: somos el guarda de nuestro hermano.

Los escándalos seguirán ocurriendo, y me atrevería a decir que lamentablemente se escucharán con más frecuencia. Cuando te enfrentes a la noticia, recuerda que tú también la has embarrado, aunque quizá no se haya hecho tan notorio. Recuerda también que la sangre que te lavó de tu pecado está disponible para lavar a tu hermano. Y no se te olvide, que nosotros estamos llamados a restaurar, no a destruir.

Un corazón que alberga una fe genuina siempre actuará con misericordia, porque la misericordia triunfa sobre el juicio.